En un mundo tan cambiante, donde todo muda tan vertiginosamente

… en un mundo tan cambiante, donde todo muda tan vertiginosamente, donde el cambio se justifica por el cambio mismo, nada permanece, todo pasa… hoy caminar es mejor que permanecer, correr es mejor que caminar, y surfear mejor que correr… la levedad del agua y la agilidad del surfista favorecen el surf… la inconsistencia del dónde uno se encuentra obliga a acelerar permanentemente para no hundirse… el amor no resiste esa volatilidad, propia de las emociones más epidérmicas… el amor necesita permanecer, consolidar vínculos, ahondar los sentimientos, resistir los cambios… el amor se hace mirada que acompaña, silencio que comprende, mano que sostiene, abrazo que cobija… el amor permanece sin volverse rutina, sin aguarse en vulgaridad, sin disolverse en aburrimiento… el amor permanece joven, no envejece en la tristeza, en la mediocridad, en la mezquindad… el amor madura con el tiempo… ¡enamorados son los abuelos que se toman de la mano, se miran a los ojos, y vuelven a decirse: ¡te quiero!… la #rosasinporqué no soporta el cambio por el cambio mismo, ella permanece gratuitamente enamorada desde el primer día… ¿permaneces en tus amores?, ¿envejece tu corazón y necesitas cambiar a cada rato?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 15,9-17)…