… en tus atardeceres, baja a las orillas de tu vida y embárcate en la gratuidad… y, aunque ya la noche te envuelva, no temas… y cuando temas, porque la tormenta se despierta, mírate ya en la otra Orilla, aquella a la que pretendías solo llegar… cada atardecer, sumérgete en la esperanza de la aurora, anunciadora de amaneceres, y deja desconfianzas y revueltas… cada atardecer, afina el silencio para que en la mañana la palabra sea alumbrada límpida y liviana… cada atardecer, busca la estrella, ruta en la frontera, faro en la espera, mirada que te acompaña… cada atardecer, cura y sutura tus heridas, perdona a tus hermanos, déjate perdonar y perdónate… cada atardecer, baja a tus orillas y embárcate en la gratuidad… la #rosasinporqué no reniega de los atardeceres, los vive reconociendo límites y orillas y aguarda, confiada y agradecida, las auroras que desaparecerán cuando amanezca… ¿cómo vives tus atardeceres?, ¿pretendes llegar solo a la otra Orilla?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,16-21)…