En silencio dices y callas

… en silencio dices y callas… quizá lo que no expresas se oculta en una sonrisa plena, ¿quién puede sospecharlo?… la poesía no se lamenta, a veces sólo puede llorar… ¿es la vida que se va o es la muerte la que viene?… cuando la enfermedad se hace larga y se prolonga el desenlace, cuando la muerte ya anunció o hizo su visita, pareciera que no queda lugar, ni resquicio, para nada, ni para la esperanza… no se vislumbran respuestas, no se aguardan más mañanas… sin embargo, si la vida “vuelve a tocar” esa cruel desesperanza, tal vez, tal vez… “¡ven a imponerles las manos para que se cure y viva!”… “¡con sólo tocar su manto quedaré curada!”… impresionan la esperanza en este relato evangélico… “tocar” para vivir… no hace falta ver para creer, pero si hace falta “tocar” para amar y vivir… cuando te “tocan” esos ojos que te aman, cuando te “tocan” esas palabras que te dicen, cuando te “toca” el corazón en el abrazo de quien te ama, vuelves a vivir… necesitas que te miren, necesitas que te digan, necesitas que te abracen… puedes «zurcir» tantas lágrimas, no hay música que las reemplace… es aquí, sí es aquí, no te equivocas… “toca” la gratuidad y verás, ¿esperabas otra «sorpresa» distinta de Dios?… la #rosasinporqué se deja “tocar” todas las mañanas por la gratuidad, así regala vida y esperanza… ¿”tocas” con la vida y el amor a los tuyos?, ¿te dejas “tocar” por Dios?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 5,21-43)…