En la hora presente, como en cualquier otra, se manifiesta un hecho ineludible

… en la hora presente, como en cualquier otra, se manifiesta un hecho ineludible… el camino en el que estás empeñado constituye una lucha, comporta esfuerzo y paciencia… y, desde luego, el coraje de aceptar injustos rechazos… la vida en gratuidad es paz, pero no una paz bucólica o licuada, sino la que se conquista con un orden en el corazón… el secreto es ser “uno” con Aquél que te ama y amas, ser “uno” con aquellos que te aman y amas… unificarte no a fuerza de tozudez y golpes de voluntad, sino por contagio de un amor más grande… entonces no será esa «paz» que da el mundo indiferente e inmoral, ni la que pretenden ofrecer los que ambicionan el dominio o cualquier forma de poder… la paz verdadera sólo brota y vive en el corazón, en el centro, en la gratuidad asumida y vivida… ¿arrojo?, ¿coraje?… ¡desde luego!, no has de dudar ni ceder, con la firme convicción de que nada de este mundo puede apartarte ni distraerte siquiera de la acción de gracias… ¡anímate!, es inmenso el corazón agradecido y no sabe de confines… la #rosasinporqué no recurre a la fuerza, la gratuidad la hace suave y delicada y, al mismo tiempo, firme en sus convicciones… ¿recurres a la fuerza para defender tus convicciones?, ¿cambias de opinión y de palabras de acuerdo con quien estés y dónde estés?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,34 – 11,1)…