En horas de prueba desaparecen los «lugares» para dejar paso a una dimensión más alta

… en horas de prueba desaparecen los «lugares» para dejar paso a una dimensión más alta… te preguntas hoy, como ayer: “¿dónde está el cielo?”… deja de hacer conjeturas y no imagines… ¡conoces el cielo!, más aún, lo ves, lo descubres en tu corazón cuando el amor te visita, cuando apartas tu vista de la inmediatez que te esclaviza… la voz de tu Padre insiste: “¡eres mi hijo amado!”… entonces, ¡no temas!… pero te asaltan las dudas, las tentaciones… y la severidad de una «hora» que no puedes calificar, te deja perplejo…pero tu Padre vuelve a repetirte: “¿por qué te confundes y te agitas ante los problemas en vez de dejarme al cuidado de todas tus cosas?”… huye, pues, de las preocupaciones angustiosas y de los pensamientos acerca de lo que pueda suceder después… cierra los ojos y confía, como “un niño en brazos de su madre”… suavemente vibra en ti un llamado que es antiguo y que es nuevo, es la voz permanente e inconfundible del Amor primero: “Yo te amo”… la #rosasinporqué todos los días escucha la voz de la gratuidad que le repite que la ama… ¿dejas de escuchar la voz de Quien tanto te ama?, ¿qué ruidos y ecos deberías silenciar para volver a escuchar la voz del Padre?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 3,15-16.21-22)…