En horas de madrugada

… en horas de madrugada… cuando apenas el sol asoma allá lejos en todos los horizontes, en el mar y en la llanura, en los valles y más arriba de las montañas, y que ahora desde tu casa sólo lo puedes recordar o imaginar… también, hoy mismo, surge para ti, esa Luz que no tiene ocaso y que te brinda siempre el regalo de dejarte abrasar por Ella… ¡Luz que quema!, ¡Luz que enciende y transforma!, ¡Luz nueva que transfigura y no sabes cómo!… ¿pensabas, acaso, hallarla en este desierto forzado de la cuarentena, en estas horas de oscuridad?… a fuerza de buscar mal hoy es magro el resultado y no percibes nada… quizá, ahora sí, el aislamiento del desierto te desengaña… pero, ¿has olvidado abrir las puertas del corazón?, ¿estás demasiado sumergido en las fórmulas meramente humanas, que estrechan cada vez más tu vida?… en horas de madrugada, bendiciendo la Aurora que no tiene ocaso, recibe en tu corazón lo más inaudito… ¡descubre tu bien y tu tesoro!… deja toda estrechez y aprende en la soledad a acoger el misterio de los otros, que sólo caben en el corazón… y no calles la luz ni las estrellas, abrázate al Sol que brilla ahora… las sombras no quieren la luz… déjate iluminar por Aquél a Quien perteneces… deja que luzca Su presencia y Su luz… la #rosasinporqué se deja iluminar cada madrugada por la gratuidad y, así, ilumina a otros con paz y alegría… ¿dejas que amanezca la luz en este desierto forzado de la cuarentena?, ¿eres luz o tiniebla para los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 9, 1-41)…