Embarcado en mil sueños, necesitas a veces “desembarcar”

… embarcado en mil sueños, necesitas a veces “desembarcar”… quisieras ubicarte donde más te corresponda, hallar aquel centro, que todo explica y a todo da sentido.. es entonces cuando te das acabada cuenta que a cada momento has de retornar a casa… sí, a casa, ¡a tu casa!… que es lo mismo que decir “a tu corazón”… nada hay tan tuyo, nada tan familiar, nada tan invitante, nada que te regale mayor consuelo…¡allí encuentras a quienes amas y te aman!.. la invitación está abierta, las fuerzas también a tu disposición… nunca “es” lejos, desembarca y siéntate aquí no más… quédate mirando lo que te rodea, y calla… frente a las grandes ocasiones, el alma se encuentra a sí misma en el silencio y en la gratuidad… se despeja ese cielo cubierto, que ensombrecía tu andar… comienzas a descubrir que en la gratuidad nunca te falta nada, comienzas a percibir una “plenitud participada”… la #rosasinporqué se embarca y desembarca, la gratuidad no le impide soñar y tocar la realidad… ¿sabes desembarcar a tiempo para atender la realidad y los sueños de los tuyos?, ¿añoras regresar a tu casa dónde te esperan quienes te aman y amas?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos, 6,34-44)…