El «sudor de tu frente» se nutre

… el «sudor de tu frente» se nutre, en mil ocasiones y oportunidades, de esas cosas que no descubres en un instante… percibes, sí, la fatiga, y no aciertas a responder acerca del cansancio o de la experiencia de una derrota… y, sin embargo, la carencia de resultados inmediatos, la demora de cualquier éxito, ha de llegar a tus horas como una bendición de Dios… hace, tal vez, algunos instantes festejabas tus tareas, hasta que las sombras de la noche te entregaron la vanidad de tantas cosas y la desaparición de esas ilusiones que pretenden elevar tu vida… ahora el escenario, el inmenso escenario, tiene decorados muy diversos… allá, al fondo, un telón azul, muy fuerte, te recuerda un pedazo de cielo que ya no está… los «decorados» engañan… eleva el corazón más allá de fantasmas e ilusiones, adivina lo que está más lejos y descansa… es verdad que las sombras “velan”, pero también “revelan”… lo que hasta ayer juzgabas luminoso, hoy desaparece… y es que la luz, la luz verdadera, no engaña, a pesar del discurso de los necios… esa luz es la mirada de tu Señor que permanece en tu corazón… Él se da cuenta de tu cansancio y te invita a descansar… ¡recuesta tus fatigas en el Corazón que no te deja de amar!… la #rosasinporqué no teme las fatigas, la gratuidad hace que descanse para luego continuar… ¿dónde descansas tus fatigas?, ¿sabes descansar?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6, 30-34)…