El pescador de hombres y el pescador de peces no se parecen en que los dos pesquen

… el pescador de hombres y el pescador de peces no se parecen en que los dos pesquen… ser pescador no implica necesariamente que pesques, al menos siempre… en la pesca a veces el día se te da bien, regular o mal… madrugas, viajas, llegas al río, preparas las cosas, eliges el lugar, 3-4-8-10 horas y al final de la jornada algo, poco o nada… y terminas el día sin fuerza alguna, sucio, cansado, buscando una excusa externa a ti que explique tal fracaso… aun así, y aunque esto se repita mucho más de lo deseado, vuelves hablando de la pesca… y, cuando puedas, vuelves a salir con las ilusiones intactas… los grandes y repetidos fracasos, no minan ni un ápice tu ilusión… la ilusión te la da el que “estás ahí con una esperanza cierta”… “estar ahí” ya es bastante, y a veces hasta pescas… “con una esperanza cierta” es porque existe la posibilidad, no es una quimera… en la vida también haces largas jornadas, con mil lances y todos los cebos del repertorio puestos a prueba… ¡y cuántos fracasos!, ¡cuántas jornadas vuelves a casa con las manos vacías!… si tu ilusión la basas en tus logros vas de contramano… a veces los peces, los logros, no son tan importantes… si al día siguiente vuelves como nuevo, como si lo del día anterior no ha sido un fracaso rotundo, que no te ha restado ilusión, podrás llegar a viejo siendo pescador… si no es así, corres el peligro de abandonar, de bajarte de la vida y de la misión… “estar aquí” en ésta tarea, en éste trabajo, “con una esperanza cierta” y salir a intentarlo una y otra vez, es el núcleo de la gratuidad… ¡y a veces hasta pescas!… la #rosasinporqué siempre está ahí con una esperanza cierta para empezar una y otra vez, la gratuidad le impide quedarse o abandonar la entrega… ¿vuelves a intentarlo una y otra vez o te das por vencido?, ¿esperas con esperanza cierta o descrees de los resultados porque es lo único que te interesa?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 4,18-22)…