El perdón que nace obligado

… el perdón que nace obligado, no perdona sino que condiciona… el que nace por necesidad, no perdona porque es simple decorado… el que nace improvisado y rápido, no perdona ya que es mueca y no abrazo… el que nace del amor, del corazón, perdona porque devuelve la vida, la recrea… Señor, tu me regalas el perdón, no me pides negociarlo Contigo a base de castigos y contratos, ¡me perdonas con todo el corazón!… no eres un Dios de tantos por ciento en el amor, haga lo que haga soy hijo cien por cien… tu perdón es para todos, no sólo cargas sobre el hombro a la oveja perdida, sino también al lobo manchado con la sangre de la oveja… ¡perdonas siempre!, setenta veces siete saltas al camino para acoger mi regreso, sin volverme el rostro, ni racionarme la palabra, ni negarme el abrazo, por mis fugas repetidas… con el perdón me das el gozo, no quieres que viva rumeando en un rincón de la casa mi pasado roto, como un animal herido, sino que celebre la fiesta con todos los hermanos, vestidos de gala y de perfume, entrando en tu alegría… enséñame a perdonar a los demás, y a mí mismo, como Tú perdonas a todos y a mí… la #rosasinporqué perdona desde el corazón de la gratuidad, por eso cuando te encuentras con ella recobras la alegría y las ganas de vivir… ¿probaste perdonar?, ¿te dejas perdonar?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 15,17-26)…