… el perdón eleva tu vida… ¿a pesar de que no perdones o no hayas aprendido a perdonar?, ¿se aprende a perdonar?… la ternura y la misericordia no tienen límites, brotan siempre de un corazón puro y abierto, de un corazón abandonado, de un corazón agradecido… aprende a perdonar de corazón, aún a aquellos que no se arrepienten y les da lo mismo seguir en lo mismo… aprende a perdonar a tus enemigos, a aquellos que te han hecho y siguen haciendo daño… dirás que no es justo, ¡y es verdad!… el perdón no nace de la justicia, sólo se gesta en un corazón misericordioso… y misericordioso es el corazón lleno de miserias, no propias, sino ajenas, ya que ha absorbido por amor las mismas del hermano… la justicia reclamará juicios, pruebas y contrapruebas… la misericordia sólo necesita cercanía expuesta a la miseria del otro… cuando así te comportas, no eres mejor que nadie, tan sólo has descubierto y experimentado que el amor gratuito no necesita de armaduras para defenderse, ni guantes ni barbijos para no contagiarse… que el beso de la gratuidad te regale una sonrisa irresistible y una ternura no infectada de lástima, sino llena de compasión… la #rosasinporqué es misericordiosa, la gratuidad la hace cercana a todos y capaz de perdonar siempre… ¿te preocupas en exceso por la justicia y descuidas la misericordia?, ¿has aprendido a perdonar de corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,27-36)…