El panorama de las superficies puede ser sumamente seductor

… el panorama de las superficies puede ser sumamente seductor… si te estableces a la vista de todos y con general beneplácito y aplauso, más todavía… pero esto es un engaño, un solo «sometimiento» a la vida misma, a un sufrimiento indescriptible o incomprensible, buceando en su hondura y en su proyección y ofrecido y vivido en gratuidad, vale más que diez mil premios, atenciones o éxitos pretendidos… ¿cómo sumergirte en esa verdadera dimensión que no tiene a su disposición ni propaganda, ni sistema alguno de difusión?… porque hoy seduce «difundir», hacer una y otra vez pantomimas en el escenario para que todos vean… todos se preguntan “¿cuánta gente hay?”, y según la medida parece que vale la pena actuar… se insiste en los balcones que miran hacia afuera, volcados a los objetos se olvida al sujeto… nada sabes hasta que no te conoces… toda ciencia acumulada de nada te sirve si ignoras tu origen y tu destino… por eso, ¿quién eres?… diariamente te topas con duras fronteras, con límites sin sentido, y vives engañado por la ilusión… no eres lo que dicen de ti, eres quien te mira y besa, eres quien te nombra y abraza, eres quien te ama… la #rosasinporqué es parábola del don, es en sí misma la gratuidad, de ella viene y a ella va… ¿quién eres?, ¿de dónde vienes, a dónde vas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,18-22)…