El fruto de la gratuidad es la caridad con todos sus rostros

… el fruto de la gratuidad es la caridad con todos sus rostros, el fruto de la mezquindad es el egoísmo con todos sus tentáculos… la tentación más grave contra la caridad es la mediocridad, por tibieza, sin ser frío ni caliente, por temor a perder lo que parece dar seguridad y confianza, sientes la necesidad de no exponerte, de no hacer el ridículo… es la tentación de esconderte en el “derecho”, en las “normas”, en las “costumbres” con el fin de librarte de ser generoso, creativo, apasionado… y así, no eres capaz de afrontar radicalmente los problemas que te agobian… se valora tanto la seguridad, personal y colectiva, todo tiene que ser fiable, ofrecer garantías… lo mismo da si es lo que compras o lo que usas, que si hablas de las opciones que vas tomando… una tendencia irrefrenable a querer tener todas las respuestas antes de avanzar… “¿qué pasará?, “no vaya a ser que algo falle, o que me quede a la intemperie, o que algo se escape de los cálculos y las previsiones”…. ¡con el miedo a lo inseguro se te acalla y se te domestica!… es una necedad el pretender tenerlo todo atado y bien atado siempre, hay momentos en que te toca arriesgar, adentrarte por caminos que no sabes a dónde conducen y salirte del guion… la gratuidad confía y la caridad necesita de la fantasía y de los sueños… la #rosasinporqué sabe que quien no arriesga no gana, la gratuidad le da la confianza para soñar y tener una caridad fecunda… ¿cuáles son los frutos de tu gratuidad vivida?, ¿andas profetizando falsamente al proponer una felicidad basada en el tener y el hacer?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,15-20)…