El camino de la gratuidad te descubre

… el camino de la gratuidad te descubre, a cada paso, un jardín de insondable belleza, cubierto de sol y de luz, que desciende permanentemente desde lo alto… flores y aves lo atraviesan en todos los sentidos, es paz, esplendor y canto… en su centro una fuente cristalina que alimenta los arroyuelos que parecen circundarlo, pero nunca lo limitan… más bien lo abren porque, atravesado el curso del agua, pasas a otro, que es el mismo, más elevado, más iluminado y más verde… una brisa ligera mece los árboles que se elevan de la tierra al cielo… jardín y templo son uno, taller y oratorio son uno… llevas una lámpara de bronce, que es tu cuerpo… el preciado aceite que contiene es símbolo del corazón agradecido… y hay una mecha, una mecha que se abre hacia afuera: tus deseos… mecha que ha de ser encendida por el fuego del amor que desciende desde lo alto y llega a habitar, a morar, en tu interior… no puedes concebir esa mecha sin su luz… contemplación y acción, acción y contemplación… un sólo movimiento y júbilo de unificación hacia lo alto, desde la mecha que arde y cuya luz le da todo el sentido a tu vida… en la gratuidad eres, te mueves y existes… la #rosasinporqué vive unificada por la gratuidad, para ella contemplar es obrar y obrar es contemplar… ¿desintegras tu oración de tu actividad y vives dividido y retorcido?, ¿tienes el reclinatorio en tu taller, y tu taller es el reclinatorio?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,38-42)…