El camino de la “fidelidad” puede parecer arduo

… el camino de la “fidelidad” puede parecer arduo y demasiado largo… es de “aquellas cosas” que no acaban y, parece, “terminan” aburriendo… pero la “mirada honda de la gratuidad” descubre profundidades cada vez más inauditas y abre espacios insospechados renovando el amor primero… porque nada serio hay sin profundidad… el “paso” no se cierra, tu perseverancia lo abre… el paso está oculto a las miradas de los curiosos, pero se te abre a ti desde la gratuidad y te muestra un horizonte inmenso… así es la senda del amor que permanece… la perseverancia ahonda la relación y abre espacios de intimidad jamás pensados, porque el amor no soporta las distancias… pero triste sería si la única distancia que se evita a toda costa es la meramente demarcada por el tiempo y el espacio… hay distancias interiores, que transcienden el paso de las horas y superan los límites de la baldosa que habitas… por eso, para que el amor “se quede” tiene que “partir de las orillas” y, así, “ir más hondo”, porque el amor nunca abandona… la #rosasinporqué para permanecer en el amor “parte de las orillas para quedarse más hondo”, la gratuidad le impide abandonar a los amados… ¿es tu amor capaz de ir “más hondo” o se queda “orillando”?, ¿cómo vas “más a lo hondo”?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 16,5-11)…