… el amor necesita de palabras veraces y de obras sinceras… las muchas palabras confunden, y las obras maquilladas engañan… las palabras y las obras del amor nacen del corazón… si el corazón ama bien, las palabras y las obras son buenas… palabras y obras son presencia prolongada del corazón que ama… las palabras y las obras nacen al ver al amado, a la amada… no son fantasías, inventos, decoración barata… la presencia del amado, de la amada, despiertan la admiración y el amor se pone a cantar, con palabras y con obras, las delicias del encuentro… y las palabras y las obras se vuelven miradas, miradas que dicen más que las mismas palabras y obras, que quedan como pobres y escasas… todas las palabras y todas las obras se concentran en esas miradas de beneplácito y de dicha que sólo los poetas, y los enamorados, y los contemplativos, logran garabatear, balbucear y callar… la #rosasinporqué se vale de palabras y de obras, pero más de miradas, para decir que ama gratuitamente… ¿son tus palabras y tus obras expresión de tu corazón amante?, ¿tus miradas son más importantes que tus palabras y tus obras de amor?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 14,7-14)…