Dos monedas de cobre, una insignificancia

… dos monedas de cobre, una insignificancia… esta es la historia de dos monedas insignificantes, una historia vista desde arriba… la historia de la pobreza de las manos generosas, la historia de la riqueza del corazón… (… porque existe otra historia: la de la riqueza de las manos mezquinas, y de la miseria del corazón egoísta…)… dos monedas de cobre que no estaban solas, Alguien las miraba, Alguien las valoraba… eran todo para esa mujer viuda acostumbrada a tener poco o nada, a perderlo todo, a quedarse sola… era todo lo que tenia para vivir, esas dos insignificantes y pequeñas monedas, ¡todo!… eran, hasta entonces, su vida… eran la subsistencia del ahora… ¿qué eran?… eran todo, ¡todo!… a algunos ricos les cuesta dar esas dos monedas y tienen muchas más monedas… a esta pobre viuda no le costó darlas, no las daba con la manos, sino con el corazón… en el oficio de dar, los pobres llevan ventaja… dan con el corazón, con la mano tendida, todo… si, ¡todo!, no mucho ni poco, ¡todo!… esta es la historia de dos insignificantes monedas… la pobreza existe, pero ese no es el problema, el problema es la mezquindad… la #rosasinporqué cada mañana lo da todo, no se reserva nada, gratuidad y magnanimidad van de la mano… ¿en cada cosa das algo, poco, mucho o todo?, ¿contabilizas lo que das?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12, 38-44)…