Dónde queda el lugar ideal

… ¿dónde queda el lugar ideal que aquiete mis deseos y satisfaga mis anhelos?, ¿cuál es su dirección?, ¿alguien la conoce?… ¿adónde remitir las heridas, tristezas, angustias y frustraciones prójimas y propias?, ¿alguien me puede indicar?… ¿dónde sembrar mis sueños para que no sean simples quimeras o esfuerzos estériles de ave sin nido?… miro hacia atrás, y veo mis dolores recientes e insepultos, y toda mi vida ambigua y generosa ya bajo la tierra sepultada a paladas de días y de olvidos… miro hacia delante, y me veo en la vida que engendré ayer al sembrarme, creciendo hoy delante de mí mismo, en la risa sin trampa de los niños, en el ritmo de los jóvenes que estrenan horizontes, en las comunidades que se unen contra las fuerzas de la muerte… mi vida, mis “dóndes” y mis “adóndes”, ya está y es en todos ellos delante de mí, más fuerte que yo, marcándome el camino, tirando de mis pasos… hoy, en este instante, escojo el mañana y resucito, los escojo a ellos y vivo… así, ya no deseo saber más “dónde” ni “adónde” y soy como la milonga pampera que, al abrir los ojos, se me llenan de infinito… soy canto de aurora, madrugador, ave sin nido… la #rosasinporqué encontró en la gratuidad el dónde de su vida y el adónde de su entrega… ¿dónde habitas?, ¿hacia adónde te encaminas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17,26-37)…