¿Qué has dicho?… pues, nada o muy poco… ¿qué dijiste o qué pudiste haber dicho?

… ¿qué has dicho?… pues, nada o muy poco… ¿qué dijiste o qué pudiste haber dicho?… en realidad, claro, era y es mejor no decir, en suma: callar… si es mejor callar no reconstruyas con ahínco lo que quisiste o creíste decir… el rumor de las palabras acaba por atarte a un pasado o a algún ensueño que, desde luego, te daña… ¿debes decir algo?… es lo mismo que preguntarte: “¿qué debo “hacer”?”… pero, ¿para qué atarte una vez más?… te afliges y sufres por el «hacer» que no hiciste o por lo que no logras plasmar… el silencio profundo y verdadero no es violado con facilidad… lo más cierto es que, como el amor, es más fuerte que la muerte… no puedes, en realidad, «decir»… nunca quedarás conforme con lo que dices, siempre faltará un acento, o lo que sea… los «sonidos» apenas son pobres: se esfuman ahí no más… y se van, y pasan, como las nubes que viajan, vienen y van, pero no puedes detenerte sobre ninguna de ellas… no lo olvides: nada debes «hacer» o «decir» y, en cambio, es sublime lo que vas a recibir gratuitamente, en los acordes de tu vida… la #rosasinporqué deja que sus palabras nazcan de silencio, y su hacer del florecer del no hacer del recibir gratuito… ¿vives pendiente de lo que debes hacer y te pierdes la oportunidad de recibir gratuitamente?, ¿disimulas tu mezquindad en un vértigo de acciones?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 19,16-22)…