Desconcierto, preocupación

… desconcierto, preocupación, ¡mejor no te quedes!, es peligroso el encuentro Contigo, Señor… eres el Dios humilde que no puedes crear otros infinitos, pero llamas a la vida a criaturas imperfectas que solo reflejan algo de Ti, te dicen y te esconden… somos una palabra Tuya, y nos pronuncias cada día en el diálogo de tu Espíritu con nuestra carne lenta… somos tu canto alegre, barro convertido en vuelo, pero podemos ignorarte, hacer sufrir a los inocentes y desintegrar en un segundo tu filigrana de siglos… te nombramos a tientas, con palabras altaneras, que pretenden ser expresiones de una fe ciega… siembras seres en proceso, desde el inicio mínimo hasta el mediodía brillante… te conminamos a llegar a nuestras vidas con tus alforjas llenas para saciar nuestros vacíos… pero Tú has dejado tu huella en todo lo que creas, oquedad donde nos buscas, disfrazado de luna o de caricia, fuente donde siempre llegas surgiendo del silencio de la piedra… ¡Dios humilde, humus de los siglos que mantienes vivo, porque en él te entierras, donde todo comienzo echa sus raíces!… ¡sólo al final, cada criatura será plena en tu Amor humilde que la llena!… ¡no, no te vayas!, sólo Contigo recibimos el abrazo de la dicha eterna que nuestra nada espera!… la #rosasinporqué no desprecia ni rechaza el encuentro con la gratuidad, sólo ella le permite ser y vivir plena… ¿rechazas o esquivas el encuentro con la gratuidad que quema?, ¿buscas y procuras los encuentros que te hacen bien o te encierras y te alejas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 8,28-34)…