¿De qué sirven las respuestas para las que no hay preguntas?

… ¿de qué sirven las respuestas para las que no hay preguntas?… el mayor problema de los cristianos actuales no es que no sepamos las respuestas correctas, sino más bien que hemos olvidado las preguntas que habían sido planteadas y a las que se dirigían estas respuestas… las respuestas sin preguntas, sin esas que en su origen las provocaron pero también sin aquellas otras que despiertan subsiguientemente a cada respuesta, son como árboles sin raíces… ¡y cuántas veces proponemos las “verdades cristianas” como árboles talados, ya sin vida, en los que no puede anidar ave alguna!… quien pueda responder a las preguntas sobre el sentido de la vida, sobre el sentido del bien y del mal, podrá enderezar su vida y, entonces, enderezar su conducta… pero quien viva dando respuestas a preguntas que no se plantean es como quien riega las hojas, las flores y los frutos del árbol, pero no sus raíces… se preocupa de la corrección de su conducta, pero no endereza su vida… árbol y vida sin raíces, se secan… el que vive encorvado no ve más allá de su ombligo o de la punta de sus pies… retorcido sobre sus problemas y preocupaciones no tiene horizonte ni cielo… amigo y amiga de la rosa, otea como el gaucho en la pampa el horizonte, después vendrán los alambrados y las tranqueras… la #rosasinporqué no vive encorvada sobre su tallo de tal manera que las espinas no la lastiman sino que, agradecida, a todos contagia paz y alegría… ¿vives encorvado sobre tus problemas y preocupaciones?, ¿enderezas tu vida o tu conducta?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,10-17)…