De entre todos los instrumentos musicales no hay ninguno que se pueda comparar al violín

… de entre todos los instrumentos musicales no hay ninguno que se pueda comparar al violín: sus curvas elegantes, su fino mástil culminado en la bella voluta y sus cuatro cuerdas de las que brotan inigualables melodías cuando se desliza sobre ellas el arco… pero por más que lo intente, el violín por sí solo no conseguirá sacar ni una sola nota… se retorcerá y luchará toda la noche, pero de sus cuerdas no saldrá un solo sonido… el violín no puede olvidar que es un instrumento, el más bello de todos ellos, pero instrumento al fin y al cabo… todo violín necesita de las manos del artista, ese músico que lo conoce a la perfección, que lo quiere y lo cuida con esmero… en sus manos el violín es capaz de interpretar las más bellas sinfonías… si el violín se resiste, y hay violines muy tercos, acabará por desafinarse, o incluso puede que rompa alguna de sus cuerdas, pero jamás conseguirá por sí solo sacar un sonido… en algunas ocasiones al violín le toca ser solista y de pronto todos los focos recaen sobre él, otras aparece en cuarteto y entonces debe aprender a acompasarse con el chelo y la viola, pero la mayoría de las veces se encuentra en medio de una orquesta, pasando más desadvertido pero disfrutando también de la variedad de instrumentos que la componen y de la aportación imprescindible de cada uno de ellos… lo que nunca se ha visto, y nunca se verá, es a un violín sin su músico… no luches, no te desafines, deja que sea el Artista el que haga vibrar tus cuerdas, conviértete en instrumento en sus manos… la #rosasinporqué despliega hermosamente todos sus talentos gracias a que se deja llevar por la gratuidad… ¿son tus talentos instrumentos para que Dios se haga presente en el mundo?, ¿no reconoces aún los talentos por los que tu vida debe ponerse al servicio de los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 25,14-30)…