¡Cuántas veces te lamentas por no alcanzar esos objetivos o aquellos otros resultados

… ¡cuántas veces te lamentas por no alcanzar esos objetivos o aquellos otros resultados!… ¡y cuánto te equivocas cuando generas una “preocupación” tras otra para darte la sensación de que “haces algo”!… deja que aquél tren se vaya, no lo corras… esfuérzate por aprender la quietud y alégrate si has de “aguardar” un poco más… esos espacios son riquísimos para meditar, para orar, para caminar, para vivir… el “culto” de la “oportunidad” no es “absoluto”… hay oportunidades, muchas desde luego, pero puedes con fruto dejar algunas… en el fondo está la “competencia”, empujando a mansalva para que te tengan por “mejor”… la superficie esconde siempre la hondura… es urgente que penetres más adentro, ¡aunque no te vea nadie!… y esto es lo mejor: andar sin ser notado, sin presunción alguna, en silencio… la #rosasinporqué no está pendiente de competir con nadie, la gratuidad le permite no tener adversarios… ¿vives compitiendo como si la vida fuera una suerte de campo de batalla y no una mesa para compartir?, ¿miras con envidia y celos lo que hacen los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 9,38-40)…