Cuando te inviten a una fiesta y no quieras ir

… cuando te inviten a una fiesta y no quieras ir, o tengas otras cosas más importantes para hacer según tu juicio, no disfraces tu negativa… sé sincero y respetuoso: que la verdad no hiere ni molesta, sino que se respeta… muchos son los que ignoran el dolor que la mentira provoca, ya que hiere y crucifica… no vistas túnicas de horror para disimular las mínimas llamadas de la gratuidad… es terrible la indiferencia y la rapidez con la cual el hombre se justifica ante el amor olvidado… muchos son los olvidos, ¡muchos son los olvidados!… ¿tendrás el valor de seguir mintiendo?… unos mienten y se mienten, otros se van, atolondrados por un «apuro» de justificaciones falaces… deja oraciones aprendidas de memoria, deja y mil veces deja de justificar tu corazón endurecido, encogido o seco… que el cansancio de las horas no aminore tu marcha ni desesperes por las inevitables demoras de cada jornada… no estás donde crees sino mucho más allá, el descubrimiento de nuevas sendas es algo lento a veces… recuerda que “no te llevas a ti mismo”… no te sorprendan, entonces, las falsedades y mentiras, pero no cedas a ellas… huye de la tontería de moda, cualquiera sea, y penetra en la gratuidad de una vida sincera… la #rosasinporqué no desprecia la invitación de la gratuidad, trata de estar y acompañar de alguna o cualquier manera… ¿eres esquivo y terminas mintiendo para no quedar mal?, ¿deprecias la buenas invitación a una vida más sana y comprometida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,1ª.15-24)…