¿Cuándo estarás conformes con esa «oración tuya» que quisieras «perfecta»?

… ¿cuándo estarás conformes con esa «oración tuya» que quisieras «perfecta»?… te hallas ante lo más importante, lo mayor… sin embargo, puede ser que la oración no arrebate tu alma, ni tu vida… cuando caes en la cuenta que la oración es “diálogo de enamorados” y no “conversación comercial”, entones, sólo entonces, todo te parecerá poco… el mezquino no da lugar a la oración, y el mediocre la esquiva… la oración brota de la gratuidad, pero te cuesta adoptarla así nomás, sencillamente, como se da en el silencio siempre inesperado, insospechado, del corazón… muchos te dirán que hables en la oración, que cantes en la oración, que digas y que digas cosas mortificando así los oídos de unos y de otros… pero ya has gustado de un silencio que viene de lo alto y no admite «distracciones» sonoras… guarda en tu corazón la incomparable sinfonía del silencio trascendente… nadie ora en verdad oyéndose a sí mismo, o mirándose al espejo, ensuciando así la pureza de un despojo dispuesto para Otro… nunca decidas nada sin antes pasar toda la noche en oración… la #rosasinporqué pasa las noches en oración, y la aurora de la gratuidad le anticipa el amanecer de una incomparable jornada… ¿oras antes de decidir y hacer cualquier cosa?, ¿tu oración es silencio de escucha para facilitar el diálogo o es “atar” a Dios a lo que ya estás haciendo?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,12-19)…