… cuando el amor gratuito te encuentra y te llama, poco sabes de «detalles»… y tampoco, en verdad, interesan… lo único que importa es que por una mirada, por una palabra, por un gesto, has quedado cautivado… y ya no puedes vivir sin esos ojos que te miraron, sin esos gestos que te llamaron, sin esos labios que te nombraron, sin ese amor que te enamoró y le dio a tu vida una esperanza nueva y un mañana inesperado… sólo, ¡y nada menos!, has conocido que el amor te llama, y eso es todo… este «llamado», esta vocación, es inefable, y continúa, como la aurora, encendiéndose cada vez más… ¿has tenido que salir del lugar en que te estabas para que éste amor te encontrara?… no, porque no se trata de eso, en la gratuidad nadie sale y nadie en verdad entra… si no sabes dónde estás, ¿a qué viene preguntar?… desde hace mucho tiempo andas buscando no sé qué lugar ideal, inexistente, y que retrasa tu entrega verdadera… estás llamado a nacer siempre, y no importa el desierto o la baldosa en que te encuentres… recibe la llamada a la vida, levántate, y síguela… nada más, nada menos… la #rosasinporqué todas las mañanas escucha la llamada a la vida y, desde la gratuidad, agradecida, responde sin vacilar con una sonrisa… ¿respondes al llamado a la vida con prontitud?, ¿te has dejado enamorar?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,9-13)…