… corazón del corazón es el perdón auténtico… nadie puede obligarte a perdonar si no quieres, nadie puede mandarte a tender puentes con quienes te han dañado si no quieres, nadie puede darle órdenes a tu corazón si antes no te enamoró y cautivó… Señor, Tu nos regalas el perdón… “tu pecado está perdonado… no peques más… vete y vive sin temor… y no cargues el cadáver de ayer sobre tu espalda libre”… no eres un Dios de tantos por ciento en el amor, hagamos lo que hagamos somos hijos cien por cien… tu perdón es para todos, no sólo cargas sobre el hombro a la oveja perdida, sino también al lobo manchado con la sangre de la oveja… perdonas siempre, setenta veces siete saltas al camino para acoger nuestro regreso, sin escondernos el rostro ni racionarnos la palabra y los abrazos por nuestras fugas repetidas… con el perdón nos das el gozo y la vida, no quieres que rumiemos en un rincón de la casa nuestro pasado roto, como un animal herido, sino que celebremos la fiesta de todos los hermanos, vestidos de gala y de perfume, entrando en tu alegría… Señor, sólo por hoy te pedimos: ¡enséñanos a perdonar a los demás y a nosotros mismos como Tú nos perdonas y vivificas!… la #rosasinporqué vive perdonando siempre, la gratuidad le impide guardar rencor y anidar resentimiento… ¿te dejas perdonar para perdona?, ¿probaste perdonar?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 18,21-35)…