Contabilizar y mensurar el perdón es deformarlo,

… contabilizar y mensurar el perdón es deformarlo, es restringirlo al ámbito subjetivo de la ofensa y del daño, es volverlo anémico por insuficiencia de grandeza en el amor… es, en fin, encoger el corazón… no perdonas porque el que te ofendió y dañó se arrepintió y vino, a cara descubierta o a escondidas, a disculparse… no, no… el perdón es don, don de amor, don de oportunidad, don de vida… perdonas para que el otro viva, para que el otro se corrija, para que el otro se dé cuenta que lo amas sin esperar nada a cambio… perdonas para darle la ocasión a quien te ofendió y dañó a que recapacite y se convierta, aunque nunca se acerque a pedir perdón… y cuando el que te ofende y te daña, no recibe tu perdón, y se arrepintió de verdad porque te ama, lo matas, le quitas la vida… amar es perdonar, perdonar es amar, perdonar es dar vida… la #rosasinporqué perdona siempre porque siempre ama, la gratuidad le impide estar midiendo o calculando… ¿qué te impide perdonar siempre?, ¿probaste perdonar sin esperar nada a cambio?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 18,21-35)…