Cautivan los ojos que irradian sencillez, transparencia y sorpresa

… cautivan los ojos que irradian sencillez, transparencia y sorpresa… ¡tu mirada dice mucho de quién eres!… da pena ver miradas tan tristes, tan vacías, tan superficiales e incluso, perdidas… cautivan los ojos de las personas que transmiten frescura y libertad… tus ojos, ¿ven, miran o aprecian?… existen tres momentos o tiempos distintos en el acto de percibir una realidad… al “ver” observas una realidad y distingues colores, formas, tamaños: es un acto pasivo por el cual dejas que la realidad aparezca delante de ti… al “mirar”, pones ‘intencionalidad’ en el acto de ver: cuando miras, la luz de la razón se pone en marcha… sin embargo, “apreciar” es algo completamente distinto… en el ejercicio de “apreciar” está tu mundo interior, tu corazón, tu afectividad, percibiendo una realidad concreta… “apreciar” es, de alguna manera, mirar con las entrañas, con el corazón, con los sentimientos más profundos de tu interior… por eso es que en el acto de “apreciar” se revela el mundo interior que te habita… si hay amor en tu interior, amorosa será tu mirada, si hay compasión, compasiva será tu mirada, y si hay perdón, misericordiosa será tu mirada… la #rosasinporqué ve con el corazón, así sus ojos se encuentran con la belleza que está detrás de la “corteza de apatía” que suele cubrir los corazones… ¿ves, miras o aprecias?, ¿te permites ver con el corazón y, entonces, ver más allá que la cáscara de las cosas y de las personas)… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 11,11-25)…