Caminar por la gratuidad cotidiana

… caminar por la gratuidad cotidiana que te llama a darlo todo y necesitar de la mirada amada para no desfallecer en el camino… andar por la vida sonriendo y cantando, tarareando esa “música callada del corazón agradecido”, aunque muchas veces “sea de noche” y los temores dibujen sombras amenazantes y el cansancio asome y quiera imponer su arbitrario dominio… experimentar el cansancio de la espera, que se hace larga, y seguir oteando el horizonte por si llega… sufrir el cansancio de la ingratitud, de la desconsideración y de la desatención, sobre todo de quienes consideras “buenos”… y seguir, y empezar de nuevo, y mirar otra vez “más allá”… siendo la gratuidad y la gratitud los latidos del corazón enamorado, quien vive agradecido por todo y en todo, no se fatiga ni deja de lado su andar… por el contrario continúa y sigue adelante en paz, manso y humilde, sin quejas ni reproches… no dejes el andar sereno ni la perseverancia por donde Dios te llama… muchos se enojan con los pasos reiterados… continuar es andar con perseverancia y alegría, aunque «vengan degollando»… la #rosasinporqué no cansa ni se cansa, desde la gratuidad siempre está dispuesta a empezar de nuevo y no ser cargosa a los demás… ¿dónde reposas tus cansancios?, ¿cómo ayudas a aliviar las fatigas de tus amados?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11,28-30)…