Camilla para el corazón cansado

… “caminante peregrino”, cuando el camino se hace largo, cuando está por ponerse el sol y aún no arribas a destino, cuando levantas la mirada y ya no ves nada… te interrogas, inquieto, por el momento de partida, por el sentido de tus pasos… el cansancio desciende, anticipadamente, oscureciendo todo… pero no importa que se canse el cuerpo, ¡es el corazón el que no se debe cansar!…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, el corazón se cansa cuando se cansa la esperanza… y la esperanza se cansa no cuando se posterga lo que esperas sino cuando empiezas a desconfiar en la espera… es posible que te sientas solo, incomprendido, abandonado… valora lo que vives, pero no te victimices… tu Señor está cerca…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y misericordea tu corazón cansado!… con la “pequeña oración” de cada momento recibes una “camilla” para vos y para los que amas… déjate tocar por la Misericordia que devuelve la esperanza… matea con la Verdad del “pan del día”… (Marcos 6,53-56: “…llevar en camilla a los enfermos…”)…