Busco y no encuentro

… busco y no encuentro, pregunto y nadie me responde, sólo el silencio me abraza y me acompaña… así son muchos días en la semana, en el mes, en el año… aprendí que el silencio es palabra, ¡venga el silencio en mi ayuda, él que sabe decirlo todo!… tantas veces las criaturas me niegan la palabra, o quieren detener con sensaciones pasajeras mi viaje sin fin al Absoluto… cierro los ojos y desciendo sin esfuerzo, tan sereno de certeza, en este silencio amigo, palpo la oscuridad espesa que me acoge, no hay puentes ni perfiles, no hay pasos ni ambiciones, no hay tuyo ni mío, no escucho arengas ni susurros… es el silencio, al fin, sin límite, que acoge sin medida, es el gran oído que escucha la más leve fantasía… es el silencio mudo que no intenta convencerme, es la existencia pura antes de matizarse en tamaños y colores, antes de estallar en amores y palmeras… es el silencio de un vientre maternal que me retiene el tiempo justo de renacer para el futuro, a la hermandad innumerable, a la verdad de todos, al estreno del abrazo y a la risa sin razones… ¡es Él!, ¡es el Silencio!… para creer hace falta encontrarse en silencio con el Silencio… la #rosasinporqué disfruta del silencio que acoge la palabra, la gratuidad la aleja de la estridencia y de los ruidos… ¿buscas el silencio para aumentar tu fe?, ¿te embarullas y atontas con discursos y reuniones?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13, 54-58)…