Apareciste, amigo

… apareciste, amigo, cuando menos lo esperaba, en ese día interminable, sin tiempo, en esa noche que se hacía larga, en esa mañana que, parecía, nunca empezaba… apareciste, amigo, sin yo buscarte, ni llamarte, ni invitarte… apareciste, amigo, cuando mi alma no tenía prisa ni de llegar, ni de crecer, ni de vivir, ni de morir… compartimos todo y no nos pedimos nada… lo tuyo era mío, lo mío tuyo… ¡si parecíamos una sola cosa!… y cuando te fuiste, cuando la vida nos separó, el tiempo no hizo balance ni de ausencias, ni de caricias, ni de preguntas… me dejaste, una sorpresa, una certeza, un corazón… ya no necesito signos, ni garantías, ni tarjetas que te recuerden… ¡nunca te fuiste, amigo del alma!… la #rosasinporqué no conoce de distancias en la amistad, la gratuidad la hace siempre presente… ¿buscas amigos o eres amigo?, ¿cuidas la amistad?…(con el Evangelio de hoy, San Mateo 12, 38-42)…