Amor sin raíz, fe sin preguntas ni Dios

… amor sin raíz, fe sin preguntas ni Dios, encuentros sin historia, fachadas sin fondo, errores sin importancia, palabras sin contenido real, verbos que solo se conjugan en primera persona… y justificar, en nombre de la debilidad tan humana, el vivir un poco a medias… no eres perfecto, es verdad, y jamás lo serás, eres limitado, pecador y muy frágil… pero tanto lamento te ha convertido en un triste canto a la mediocridad y a la tibieza… has vivido sin alma, con agua en las venas, con una risa demasiado fácil, con nada en las lágrimas… sólo has amado a un espejo, nunca perseguiste un sueño que pudiera fallar, cada vez que apostaste quisiste hacerlo sobre seguro… amurallaste tu vida con certidumbres insulsas, con rutinas que nunca te dejaron asomar al silencio, al vacío, a la nada, al Todo… nadie te causó tanto daño como para enseñarte a perdonar… y miras hacia atrás, en un instante de lucidez, y aunque en las entrañas te nace un lamento por la vida sin vivir, te dices: “es tarde”… ¡pero nunca es tarde!… ¡deja de lamentarte!, comienza a vivir de una vez por todas… la #rosasinporqué no vive lamentándose, desde la gratuidad acepta que cada momento es una oportunidad… ¿tu vida es un lamento?, ¿cómo enfrentas la tentación de la mediocridad y de la tibieza?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 23,13-22…