Amas lo que deseas, y deseas lo que esperas

… amas lo que deseas, y deseas lo que esperas… no te distraigas en la espera para que tus deseos no se pierdan y el amor se desvanezca… todas esas maravillas que aprecias, que gozas apenas unos pocos instantes, esa alegría que te invade y te deja a mitad de camino… todo, todo eso es fragmento, son piezas, sí, sólo piezas, reflejos de lo que viene, de lo que ya está llegando, del cielo que ya ha comenzado… no lo dudes, no permitas que la nostalgia te ahogue porque no has podido retener esos segundos, esas horas o esos días… son sólo un “pregusto”, apenas una señal de algo mucho, mucho ¡tanto y tanto más grande!… por el contrario, en vez de entristecerte mete todo ello en tu corazón, porque para ello te ha sido dado… camina siempre agradecido y sin tristezas, porque ya lo tienes todo… en cierto sentido nada pasa… el supuesto «pasado» se torna «porvenir» en modo maravilloso… en efecto, todo se transforma para «más”… el Señor te da todo, no hay ni sombra de mezquindad en Él… deja, deja al Señor regalarte… Él fortalece tu esperanza, en la que ya tienes todo… la #rosasinporqué ama lo que desea y desea lo que espera, así vive vigilante desde la gratuidad para recibir con alegría lo que llega… ¿en qué esperas, con quienes esperas y a quien esperas?, ¿estás preparado para lo inesperado anunciado?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 24,37-44)…