… al momento de hacer algo, lo que hoy más peso tiene es la capacidad de trabajar en equipo… la empatía, la gestión emocional, la resolución de conflictos… es necesario lograr un espíritu de equipo donde se capacite a las personas, donde se crea en ellas y se las ayude a sacar lo mejor que tienen… todos estamos llamados a “brillar” sin ser “brillantes, es decir a no “deslumbrar”… un espíritu de equipo donde seamos capaces de librarnos de nuestros egos personales, miedos, afán de protagonismo, poder, y busquemos el bien común… un espíritu de equipo donde se tenga en cuenta los momentos personales y se dé respuesta a ellos… un espíritu de equipo que corrige, que enseña, que ayuda a mejorar pero buscando el bien de la persona… respetando siempre la dignidad de cada uno, sin humillar, quitando miedos, inseguridades, creyendo en el otro y capacitándolo a levantarse cuando cae o fracasa… un espíritu de equipo donde la mayor señal de identidad sea el servicio y la colaboración… un espíritu de equipo donde las personas sean sagradas porque cada uno es templo de Dios, que es la gratuidad con mayúsculas… la #rosasinporqué es una unidad de equipo con las raíces, el tallo y las otras rosas, armónica y gratuitamente se ofrecen cada día a quienes los reciben… ¿sabes trabajar en equipo sincronizando tiempos y esfuerzos en pos de una meta?, ¿te crees superior a otros aún siendo imprescindible e irremplazable?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 2,13-22)…