Ahora ellos somos nosotros

… ahora ellos somos nosotros, ahora él, ella, eres tu… de una manera inesperada, al menos para la mayoría, se han derrumbado los decorados de un mundo de ficciones… la seguridad no era tan segura, lo que perecía valioso no tan valioso, lo que te era imprescindible no lo era tanto y aquello de lo prescindías se ha vuelto necesario… la experiencia de la fragilidad y de la inconsistencia puede genera pánico y desesperanza, porque se pretendía demasiado de algo tan delgado… pero puede, también, suscitar sensatez y virtud al poner las cosas en su lugar… “no le pidas peras al olmo”, dice el refrán… no le pidas a quien no tiene hábitos de responsabilidad que ahora sea responsable, no esperes que el que sólo ha vivido mirándose el ombligo ahora sea solidario, no pienses que el deshonesto y el pícaro dejaran de serlo por el miedo… la verdad es que no sé si lo que se quiere es “salvarnos” o “salvarme”… “ustedes no quieren venir a Mí para tener Vida”, son palabras de Jesús en el Evangelio de hoy… el otro no es una amenaza, sino la salvación… el otro no es el problema, el problema soy yo… volverán los abrazos y los besos, pero ¿para qué?… volverás a salir del encierro, pero ¿para qué?… ¿volverás la normalidad de lo anormal que vivías?… sería triste, muy triste, y una picardía… la #rosasinporqué va continuamente a la gratuidad para tener vida, jamás se resigna… ¿cómo vives estos días de encierro?, ¿has aprovechado para reencontrarte con los tuyos y ser más virtuoso?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 5,31-47)…