Adéntrate en el corazón y trabaja en él

… adéntrate en el corazón y trabaja en él, que es allí donde están tus tesoros… es posible que, muchas veces, no halles el «lugar» que procuras, pero no dejes los caminos, esos caminos profundos, por ningún motivo… ellos te conducirán a ti mismo, y entonces te darás cuenta que todo está en ti… cuando desciendes a la altura del «parque de los niños» y te dispones a «jugar» en verdad, entonces y sólo entonces te acercas a tu destino… ¡abrázate a la gratuidad!… no darás con esa puerta maravillosa en las estructuras y los engaños de ambiciones y propósitos que suenan por ahí y fastidian por todos lados, ¡y matan!… sí, asesinan con gritos y laberintos, con la envidia, con miradas torvas, de perfil y de costado, nunca de frente… huye de la envidia, que es artera y maliciosa… lo que es malo, es malo, y se acabó… no hay otra posibilidad, el uso del engaño, la simulación y las acechanzas es miseria y sólo puede tener efecto cuando se presta atención… agradecido siempre en la vida, nadie es más fuerte que quien habita en la gratuidad… la #rosasinporqué no es envidiosa de la belleza de las otras flores, ella disfruta y comparte la suya desde la gratuidad… ¿te molesta que a los otros les vaya mejor que a ti?, ¿eres envidioso?… (con el Evangelio de hoy, san Mateo 19,30 – 20,16)…