… a veces tienes experiencias de “altura”, pero más a menudo caminas por “valles oscuros”… cuando estás “arriba” quieres quedarte allí y disfrutar de esa “vista impresionante”… pero esas visiones son pasajeras, y debes regresar al valle, a la realidad de todos los días… en tu vida existen momentos de “claridad”, cuando Dios parece estar tan cerca, pero muchas veces las cosas están más “nubladas”… y el trabajo, la familia y otros compromisos te llaman a bajar de la montaña… pero Dios también se encuentra en el ajetreo y en la oscuridad… el Señor nunca te dice: “¡quédate donde estás!”, sino que te dice: “¡ven y sígueme!”… la fe es dinámica… el “camino” de los discípulos por la montaña, y tu “camino” en esta Cuaresma, llevará a la “cruz”, pero también a la “tumba vacía”… la gloria de Dios viene por el “valle oscuro”… la vida incluye períodos difíciles, desfiguraciones de todo tipo… pero así como la transfiguración te da una idea de la gloria de Dios que está por venir, sabes que la oscuridad no es el final de la historia… deja que la gratuidad te lleve a las alturas y a las bajuras, a las cimas y a los valles, lo importante no es el lugar sino seguir al Señor donde Él te lleva, nada más… la #rosasinporqué acepta la transfiguración de la amistad y la desfiguración de la traición… ¿te dejas llevar a las alturas y a las bajuras?, ¿sigues tu camino hacia la Pascua?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 17, 1-9)…